Hola, tengo una hija
de 19 años cursando 2º de carrera y aunque siempre ha sido una niña sin
problemas a la hora de relacionarse con los demás, si hemos observado que en
determinadas circunstancias le frena un miedo que le atenaza, le hace sentirse
insegura y como consecuencia, evita enfrentarse a esos momentos donde presiente
que se pueden dar esas circunstancias, pienso que es eso a lo que los
psicoterapeutas llamáis miedo escénico. Siempre que ha tenido que enfrentarse a
un público, o ha eludido el hecho de hacerlo, o lo ha afrontado pasándolo
realmente mal, con sudoraciones como las que genera una situación de pánico,
bloqueos e inseguridad total.
Es ahora, llegado a
este punto en el cual por circunstancias del "guión" no sólo no puede
eludir de ningún modo el hecho de afrontar la situación si no que además sabe
que tiene que resolverla y salir victoriosa de ella...cuando reconoce que tiene
un serio problema, que le paraliza y de no resolverlo, posiblemente hará que
abandone sus estudios, pues ya en este curso tiene que exponer trabajos en
público y enfrentarse a exámenes orales.
Yo he pensado
apuntarla a alguna actividad de teatro enfocada a la psicoterapia, pero no
estoy segura de si esto será lo realmente adecuado para su caso y si lo fuera,
no tengo idea de a quién dirigirme (tendría que ser en Madrid pues ella estudia
allá).
Podríais orientarme?
Mil gracias.
Según nos cuentas, el miedo
y la posterior respuesta de ansiedad de tu hija tienen que ver con las
situaciones en las que se expone a público. Es relativamente normal estar algo
activado antes de presentar un trabajo o hablar delante de muchas personas, sin
embargo, la reacción incluso física y los intentos por evitar la situación, nos
hablan de un miedo mucho más profundo.
Desde nuestro modo de entenderlo,
este miedo tiene que ver con inseguridades personales y atribuciones que
hacemos a la mirada del otro, es decir, ante la misma situación cada persona
presupone que los demás pueden pensar una u otra cosa de uno mismo. Nuestro
estado emocional será distinto si nos enfrentamos a la situación sintiendo que
los demás van a "descubrir" todos nuestros fallos que si comenzáramos
a hablar en público sintiéndonos orgullosos de lo que estamos diciendo y
creyendo que todos estarán admirados por muestra exposición. Lo complejo de
todo esto es que el hecho de que pensemos una u otra cosa no es una elección
personal sino que está determinado por la visión que tenemos de nosotros mismos
y por esquemas de relación que vamos aprendiendo con el tiempo. Por ello habrás
notado que por mucho que le digáis "vete tranquila, te va a salir
bien" no puede controlar sentirse mal.
Si tu hija es consciente de
esta limitación, nuestro consejo es que se plantee iniciar una psicoterapia, es
un espacio íntimo y seguro en el que, sin necesidad de verse expuesta (como
sucedería con el teatro), puede comenzar a escucharse a sí misma, descubrir y
elaborar esas inseguridades de cara a que no le sigan afectando en su día a
día. Dejar la carrera sería un intento de huir del problema sin acercarse a la
solución que como casi siempre sucede, está en ella misma.